jueves, 27 de enero de 2011

YO ME PARECÍA














Yo me parecía a mi madre, pero quería parecerme a mi padre: su barbilla, esa barbilla confusa, que parecía alargada en sus redondeces. Yo me parecía a mi madre y quería creerlo, como ella, decían, y ella sonreía por las afueras, porque en los adentros me creía igual que mi padre.

Yo me distraía con una libélula encima de una charca seca, con las nubes que bailaban alrededor del frío, con los sueños de las moscas en las tardes oscuras de noviembre y mi madre nunca tenía tiempo para soñar.

Debí ser como mi madre y no soñar, debí barrer las esquinas frías sin música, porque para qué la música, para qué los sueños. Eres guapa, como tu madre, decían, pero yo quería parecerme a mi padre y hoy, con el rostro afilado, tanto que apenas me veo en él, aparece la sombra de la barbilla de mi padre, alargada en sus redondeces, pero ya no tengo tiempo para soñar: las moscas se mueren en noviembre y las nubes están sordas.

Ahora, que me parezco más a mi padre, ni siquiera soy la sombra de mi madre.

viernes, 21 de enero de 2011

SI TE HUBIESE DICHO SÍ














Si te hubiera dicho sí
y tus pasos sombra
si te hubiera dicho sí
y tus manos llamarada
si te hubiera dicho sí
y latido acompasado
si te hubiera dicho sí
si te hubiera dicho sí
los sueños desleídos

viernes, 7 de enero de 2011

ESQUINAS DE GRANADA
















Te encuentro tan sola y no sé si eres tú
o soy yo o son las alas de las mariposas que se derriten
o las hojas que caen en los aljibes de adobe
o es el silencioso crepitar de las cenizas
tú o yo o el alba en las mareas de tu pelo.
yo o tú o el repicar de las campanas en el empedrado
o siempre tú y las sombras que se coagulan
y ese chirriar húmedo de las bisagras
en las esquinas apagadas de Granada.