Una iniciación que sabe a rastros de humos efímero.
Una partida de puñales aviesos en espera de un epílogo que tarda en llegar.
Amarillos que asfixian, que queman, que hieren en la inmensidad de su luz.
Tiempo sin relojes que olvidan contar los días.
Semillas que se agostan ante los asfaltos que ahogan la vida...
Un gato que hace malabares en las tejas de fuego de soles que apagan sus luces al amanecer.
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9 comentarios:
Me ha parecido ver al gato (lo has dibujado tan bien...).
Dice Justiniano que gracias por los besos.
Acaso sea ese gato que todos tengamos dentro, y escapa, de vez en cuando, para hacerse notar.
Abrazos
Sí, se puede ver al gato..
Buena descripción.
Ha sido un placer leerte.
Las letras son preciosas, y dicen que el tal gato no es mala gente (del todo).
Un beso desde los tejados, un placer pasear por tus tejas.
-chus-
Me gustan los gatos, tal vez por que yo merodeo por los tejados también cuando llega la noche.
Besitos White.
Cada línea es una poesía en sí misma: muy hábil.
Gracias por la visita.
He creído quemarme en esos amarillos y pertenecer a uno de esos soles que se apagan al amanecer.
Ha sido todo un placer leerte.
Te seguiré visitando.
Un abrazo.
Gracias por devolverme la visita, y por el regalo de esas palabras tan maravillosas. Has entendido bien la sensación que pretendí reflejar.
Un beso.
Un maravilloso texto surrealista.
Lleno de recursos visuales que hacen muy interesante el cuento.
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