miércoles, 13 de abril de 2011

PANTHER ONCA











Pasea
lamiendo
acariciando
restregando
oliendo
sigiloso
tras los barrotes
al acecho de
dianas
certeras
entre los cráneos




Los ojos del niño cruzan los barrotes de oxido,
deslizandose a través de las ranuras verdes, rasgadas;
se siente todopoderoso danzando con pies de noche,
las garras brotan de estolas albinas que entonan
canciones de cosecha prematura
y se asoma al vértigo sin intuir el terruño
ácimo al otro lado de la herrumbre.





Vierte el óleo de sus ojos,

ya no es pantera.